Le correspondió al jefe del servicio de cirugía del HEP, el doctor Julio Alessandría, quien estuvo a cargo del grupo azul, designar al doctor Ramón Policart a la cabeza de este proceso histórico. El joven doctor quien tiene 13 años de haberse graduado como médico, de estos, los últimos cuatro como cirujano pediatra.
Al afirmó que "fue un trabajo que sencillamente tenía que aceptar" y nunca dudó en realizar el proceso, por lo que estuvo con las pequeñas desde el día uno. Reveló que ensayó cuatro veces: dos cuando se realizaría la primera intervención que fue suspendida por un resfriado, y otras dos durante las semanas previas a la operación, lo que permitió que todo saliera a la perfección, incluso menor tiempo del estipulado. "Todo el mundo sabía qué tenía que hacer", explicó.
Manifestó que para esto la preparación fue tan minuciosa que se compró un equipo de 30 mil dólares, mallas biológicas para el cierre de las heridas, que no fueron necesarias porque la piel de las pequeñas fue suficiente, pero el material "debía estar allí". Incluso, material que se compró doble "por si acaso algo se caía o rompía", hasta 10 unidades de sangre fueron recogidas, de las cuales solo se utilizó una en cada una de las niñas.
OTRA FASE COMIENZA
Como todo paciente quirúrgico, Policart manifestó que las primeras 24 horas son cruciales, por lo que tres intensivistas estarán con ellas todo el día y la noche. Para hoy se mirará cómo han pasado la noche e ir bajando poco a poco, ya que están sedadas. Explicó que normalmente el tiempo estandar de un paciente de intensivo es de cuatro a cinco días, pero como van, podría ser hasta tres días, dependiendo de la evolución.
DEBEN DESPERTAR JUNTAS
El doctor explicó que es muy importante que al despertar las niñas estén mirándose una a la otra, ya que no se reconocerían si les falta la imagen de cada una. Por eso, cuando se les retire el ventilador sus camas deberán estar cerca.
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