"... que la atienda, sino que la venda". ¿Así dice el dicho, verdad? Esto no es sólo en cosas materiales, sino, atención, en todo el sentido de la palabra. Qué bonitos se ven cuando llaman durante el día para preguntar: "Hola mi amor, ¿cómo te va en el trabajo?" Y ni hablar de cuando salimos del salón de belleza, que expresan: "¡Qué linda te ves!" Nos encanta todas estas frases y piropos que recibimos durante el primer año de relación y, digo primer año, porque muchas lectoras de este espacio me han comentado que, después del año, lo que hacen con las manos... lo destruyen con los pies.
Después del año, cuando te llamen durante el día es para decirte: "Oye, ¿tú pagaste la luz?" A veces, cuando salimos del salón de belleza, que cuando los escuchamos hasta que de la ira se alborota el "frizz". Triste cuando exclaman: ""Tanto tiempo para eso; si quedaste igualita" o "¿qué fue lo que te hiciste? Eso esta de moda." "Me gustaba el otro color", entre otros. Grrrrrrr... Eso es para matarlos. Sin mencionar que las citas que antes eran en restaurantes, cines, cafés, eventos, por lo menos una vez a la semana, ahora se reúnen en el sillón de la casa o en la terraza de algún amigo (menos dejar de atender a los amigos, con los que no nos queda de otra que unirnos y "parkear". No queda de otra).
Entonces, después se andan quejando del porqué nos volvemos secas y a veces amargadas. Ya ven por donde empieza la cosa, porque la mayoría, cuando ya logró sus conquistas se vuelve perezosa. Nunca olviden que el amor es un jardín al que hay que echarle agua todos los días, sino... se marchita. En el mundo, hay muchas rosas, claveles, orquídeas, girasoles, siempre con una sonrisa para el mundo.
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