La igualdad le permitió mantener su chance de clasificar con 11 puntos y redujo la de su rival, que sumó 10.

En un partido de discreto nivel técnico, aunque algo emotivo sobre el final, la selección "charrúa" sacó provecho de la mayor envergadura física, aplomo y experiencia de sus jugadores y del esquema ultradefensivo que expuso.

Bolivia, que lució abúlica e inconexa, no pudo quebrar el cerrojo defensivo charrúa y se perdió en un mar de desaciertos.

De comienzo, la selección local sacó ventaja por vía de sus "bombarderos", a cuyos despachos se opuso tenazmente el arquero visitante Sebastián Viera, que en plásticas intervenciones desvió al menos tres remates que llevaban destino de red.

El guardameta, exigido sólo desde la media distancia, se convirtió en la figura de la cancha.