Si está cansado de ver cómo quedan sus cazuelas cada vez que las deja en el fregador, y nada que salen aquellas manchas de grasa y suciedad, no se preocupe porque le diremos cómo puede dejar sus utensilios de cocina como nuevos.
Lo único que debe hacer es rociar la cazuela caliente con abundante jabón en polvo, para que el jabón vaya penetrando en la olla; luego, cúbrala con una servilleta de papel húmedo y deje actuar el jabón sobre los residuos pegados durante algún tiempo; finalmente, sólo tendrá que fregarla un poquito y listo.
Recuerde que para que esto no vuelva a suceder, lo mejor es limpiar de vez en cuando las ollas, así evitará que se acumule la suciedad y no tendrá "otra batalla campal" a la hora de fregar.
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