Más que un negocio es una tradición. Chela Clara de Pascasio es una indígena de la comarca Ngöbe Buglé, quien desde muy pequeña se dedica a la costura de vestidos típicos de su región. Ella y su esposo viven en una humilde morada en la comunidad de Lucha Franco, Alcaldedíaz.
Esta señora de pocas palabras tiene 4 niños, quienes lamentablemente no pueden estar con ellos, por tal razón son cuidados por familiares en la región de Sitio Prado en Tolé, Chiriquí.
Lo que ella gana con los vestidos es utilizado para costear los gastos de su hogar y ayudarle a su esposo con la manutención de sus hijos. Además de pagar el pasaje cada vez que va a visitarlos, debe gastar B/.24.00, porque traerlos les sale demasiado caro.
DEDICACION
Lo que bien se aprende no se olvida y es que Chela Clara aprendió a coser, gracias a su madre. Ella además de los vestidos, teje bolsas, pero este trabajo lo hace con menor frecuencia debido a que es más complicado.
La confección de cada prenda merece mucho tiempo y dedicación, por lo que un vestido de niña puede demorar unos 15 días y el más grande un mes.
En cuanto a las bolsas, tarda más de un mes en hacerlas.
PRECIOS
El principal problema que enfrenta Chela Clara es con los precios, pues a pesar que la confección de sus prendas es a mano no es fácil colocarlas, puesto que las personas no quieren pagar un precio justo.
Los vestidos de niña valen entre B/.10.00 a B/. 15.00, los de dama pueden llegar a costar hasta B/.60.00, pero depende del diseño.
MAYOR DESEO
Gracias al esfuerzo de su esposo, Chela Clara tiene una máquina de coser de mano.
DESEO
El mayor sueño de Chela Clara es tener una máquina de coser de pie, pero no tiene para comprarla. |