Cuando se habla del atleta más importante en la historia de Panamá, sin lugar a dudas que nadie vacila en decir que Roberto "Mano de Piedra" Durán.
En el aspecto deportivo, Durán elevó el nombre de Panamá a lo más alto, sólo con sus puños. Fue cuatro veces campeón del mundo en diferentes categorías (Ligero, Welter, Súper Welter y Mediano). Peleó en cinco décadas y dos siglos y superó los cien triunfos. Son estas hazañas las que lo han llevado a ser considerado como el más grande boxeador nacido en Latinoamérica.
Fuera del cuadrilátero, no existe un boxeador en el mundo que se pueda comparar a "El Cholo".
Humilde y alegre, a Durán siempre se le verá caminando por El Chorrillo como si nada, saludando a todo el mundo y disfrutando de su pescado con patacones.
Para él, la plata no lo es todo, porque es consciente de que hay cosas más importantes, como su familia y su querido país, Panamá.
Es eso lo que hace grande a Durán, porque nunca ha dejado de ser panameño, ni en el momento más importante de su vida, como el del pasado sábado, cuando ingresó al Salón de la Fama del Boxeo de Los Ángeles, California, portando una banderita de su querido país.
Fue un momento especial, que debe ser copiado por todos esos deportistas que se olvidan, por alguna razón u otra, de dónde vinieron.
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