RECOMENDACIONES PARA LOS MAESTROS
- Estableceremos algunos puntos de importancia que debe observar el maestro.
- Ver al niño hiperactivo como alguien que necesita ayuda, guía y comprensión, y no como alguien que quiere dar problemas.
- No dejarse llevar por la desesperación.
- Conocer si tienen algún problema médico, o defectos de visión o audición.
- Conocer a fondo a su alumno hiperactivo, sus debilidades académicas y sociales (relaciones con los compañeros), así como sus buenas cualidades, lo que puede lograrse solicitando información a los demás maestros que haya tenido -y al personal del gabinete psicopedagógico si lo hay-, observando sus conductas cuidadosamente, conversando a menudo con él y con sus padres.
- Conocer el tiempo que es capaz de trabajar y cuando empieza a entrar en fatiga, para hacerlo cambiar a otra actividad más relajante unos minutos hasta que pueda recuperar su ritmo de trabajo.
- Mantener una relación cordial con él (saber ganárselo).
- Sentarlo cerca para que se distraiga lo menos posible.
- Darle órdenes claras y concisas, asegurándose de que las ha entendido bien, sin levantar la voz más allá de lo suficiente para que le escuche.
- Ejercer la autoridad con firmeza pero no con gritos o malas maneras; siempre será positivo llegar a acuerdos con él y establecer una especie de código de comunicación (p. ej.; cuando yo te haga una señal con la mano, significa ¡pon atención! Si te hago una señal con los ojos significa, ¡trabaja!, etc.).
- Estar pendiente de sus buenas conductas para elogiarlo y menos de las malas, especialmente cuando no son graves.
- Si está interrumpiendo mucho e incontrolable a pesar de las señales y las órdenes verbales, acordar con él que debe pasar unos minutos en «tiempo-fuera» en otra parte de la escuela que no esté lejos del aula (se le explica que es como si el entrenador lo mandara a descansar al banquillo un tiempo corto durante un juego de béisbol o fútbol hasta que se reponga del cansancio).
- Nunca humillarlo con palabras o gestos ofensivos ni hacerle críticas negativas (p.ej., «eres insoportable», «eres un tonto», «pareces loquito»...).
- Desarrollar clases muy dinámicas, con participación activa de los alumnos para que no se dé pie al aburrimiento; tratando de que el hiperactivo intervenga frecuentemente.
- Utilizar los castigos lo menos posible y nunca de tipo físico o que disminuyan su autoestima.
- El castigo tiene que ser comprendido y aceptado por el niño a quien debe servirle para comprometerse más decididamente con el maestro y no para engendrar una situación difícil entre ambos.
- No castigarlo privándolo de actividades físicas como los deportes o la clase de educación física, o del recreo, porque son actividades beneficiosas para un niño hiperactivo.
- Enviar a los padres más frecuentemente notas acerca de sus acciones buenas que sobre las malas.
- Al comunicarse con los padres hacerlo en una forma positiva, dándole esperanzas y ánimo, dándoles a entender que está pendiente de guiar al niño en todo lo posible, y no contagiarles desesperación, o hablarle del niño de forma que los induzca a desilusionarse de él o a castigarlo repetidamente.
- Si el niño toma medicación en la escuela no caer en la indiscreción de decirlo a los demás alumnos, directa o indirectamente (algunos maestros acostumbran a decir delante de los otros niños: «¿ya tomaste tu medicina para que te quedes quieto?»).
- Conocer acerca de lo que se puede esperar del medicamento en cuanto a efectos positivos y negativos, dosis y tiempo de acción.
- Ayudarlo a mejorar sus habilidades académicas y darle opciones para superar fracasos que haya obtenido en sus materias. Procurar no darle tareas que requieren períodos de atención muy largos porque no logrará terminarlas, o las hará mal. Es necesario tratarlo más individualmente en relación a las exigencias de trabajo en el aula. Si no es capaz de copiar todo lo que se le escribe en el tablero como asignaciones para la casa, darle parte del material ya escrito o fotocopiado para que lo desarrolle posteriormente.
- Intervenir discretamente cuando se observe que tiene dificultades en sus relaciones con el grupo, o con algunos del grupo, para tratar de mejorar la situación.
- Mantener contacto con tutores pedagógicos o maestros especiales que el niño tenga en la escuela o en su casa para coordinar acciones.
RECUERDE: MANTENGALO ACTIVO
Darle responsabilidades que le agraden y le levanten la autoestima, como ayudar al maestro, ayudar a otros alumnos, encargarse de ciertas actividades en el aula como guardar materiales, borrar el tablero, pasar lista (si ya lee bien), hacer algunos mandados a la dirección.
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