Luchadoras e incansables. Ese es el perfil de las miles de mujeres que tienen pequeños negocios para mantener a sus familias.
Xiomara Winforf, oriunda de Chinina de Chepo, es un típico ejemplo. Salió de su pueblo buscando mejor calidad de vida para ella y sus cinco hijos, y sola los ha sacado adelante.
Hace 13 años tomó la determinación de ser útil, así que puso su pequeño restaurante en San Fernando, vía Domingo Díaz, donde el único percance que tiene es la competencia de cinco puestos similares al suyo.
La venta de comida criolla la combinó con un puesto de legumbres y frutas que empezó hace seis años y que dejó de ser rentable.
Recuerda que los mejores momentos fueron hasta 1995, ya que el ensanchamiento de la vía les limitó el espacio y los estacionamientos, sumado a la creación de grandes centros comerciales en el área.
No se da por vencida, desde las 4 de la madrugada hasta las 11 de la noche está en pie de guerra para llevar el sustento a su hogar y pagar los gastos mensuales del local.
Xiomara es merecedora de un "aplauso" por su incansable lucha contra la adversidad y afán de superación.
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