Extenuados tras dos épicas batallas, los Medias Rojas de Boston y los Cardenales de San Luis protagonizarán desde hoy una Serie Mundial que parece estar hecha a la medida de los bateadores.
Dos de las franquicias de más tradición en las mayores llegan al Clásico de Octubre, ostentando los pergaminos de ser los líderes de bateo en sus respectivas ligas.
Aunque Boston finalmente encontró la pócima para vencer el embrujo que los Yankees le tenían encima, la gran interrogante apunta a si de una vez por todas los Medias Rojas acabarán con la llamada "Maldición del Bambino", que les persigue desde 1918, el año en que ganaron su último campeonato y transfirieron a Babe Ruth a Nueva York.
San Luis también tiene sed de gloria, ya que su última coronación en la Serie Mundial se remonta a 1982, y no alcanzaban la instancia final de la temporada desde 1987.
Para el primer juego en Fenway Park de Boston, los Medias Rojas anunciaron al nudillero Tim Wakefield (12-10), mientras que se presumía que Tony La Russa, el avezado piloto de los Cardenales, se iría con Woody Williams (11-8).
Ambos tendrán una misión delicada: frenar dos artillerías que meten miedo y que saben fabricar carreras en un abrir y cerrar de ojos.
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