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Ariosto Velásquez | DIAaDIA |
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En Panamá hay gente para todo: para el reggae, para el típico y, con el concierto de Kenny G, quedó demostrado que para el jazz, también los hay y por montones. Así como lo oyen, al Anayansi de Atlapa no le cabía ni el clásico alfiler y eso no es todo, cuando Kenny G salió por una de las puertas laterales, ¡mi madre!, la gente chillaba, tal como si hubiese sido Marc Antony o la misma JLo. Pero al César lo que es del Cesar. El hombre sabe ganarse al público. Imagínense que durante casi todo el show habló en español, medio enredado, pero lo habló y hasta hizo reír a la gente. Pero, no se crean que todo fue música y que la gente se aburrió o se durmió, nooo. Durante las casi dos horas, Kenny G presentó a todo su grupo con el que ha tocado por más de 25 años. Quien se robó de verdad el show fue el percusionista Ron Powell. Había qué ver cómo tocó cada tambor, no por el gusto Kenny lo presentó como el mejor del mundo en esta categoría. A mitad del concierto, Kenny se perdió del escenario y de repente apareció nuevamente, pero en el palco, mejor conocido como "el gallinero"; la gente se levantó y no paró de aplaudir. Otra cosa que se debe alabar es el excelente sonido que presentó. Bueno, a los que no fueron se lo perdieron y los que asistieron, de verdad quedaron creyendo en Kenny G.
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