Bueno, bueno, hablemos de Juan Luis Guerra, quien con su voz y su espectacular orquesta dejó chico el escenario, pues desde que inició fue éxito tras éxito. Sólo entonó "A pedir tu mano", y al instante la gente se paró a bailar en medio de las mesas VIP y en cualquier rincón, hasta pensé que el Figali se iba a venir abajo, y les digo algo, el piso se movía, fue una bailadera no vista, hasta yo tiré mi par de pasos.

El furor subió con la segunda canción: "Buscando visa para un sueño"; todas las personas estaban electrizadas, y solamente era bailar y bailar, y ni se diga cuando llegó el tercero, "El costo de la vida" que, mientras cantaba, en la pantalla se veían frases como "Amor", "Paz", "Jesucristo". La intensidad bajó con el cuarto tema, "Soldado", aunque les cuento que un par de parejas quedaron bailando y se escuchaba el coro "Aleluya... aleluya...".

Luego cantó "Vale la pena", llegó la sexta y se formó el alboroto, tomó su guitarra y empezó a tocar bachatas. Un popurrí de temas como "Burbujas de amor", "Bachata rosa", "Dile", "Frío frío" y más. La verdad es que solamente faltaba el eclipse lunar que alumbraba la noche fuera del Figali para resaltar el rostro de muchos enamorados. ¡Qué bachatas! Y ni hablar de "Que llueva café", solamente se escuchaba a aquellas personas que decían "¡wopa!", y coreaban las canciones.

Llegó "Abeja al panal" y otros éxitos como "La bilirrubina" y "Woman del calla'o" y terminó. Bueno, hizo lo mismo que la sobrina, ¡se metió el Figali en el bolsillo!