Parece mentira que la devoción que el padre Benjamín Gallegos inculcó a los residentes de Jardín Olímpico creciera de tal forma, hasta el punto de convertirse en una de las devociones más populares en Panamá, como lo es la fe a San Judas Tadeo.
A principio de los años ochenta el padre Gallegos infundió el deseo de los residentes de este sector de querer a San Judas, haciendo que durmiera una pequeña imagen del santo en un apartamento diferente cada noche.
Ayer, en medio de un sollozante cielo, comenzaron a llegar al templo que está en reconstrucción miles de feligreses, quienes portaban en sus manos velas rojas, verdes, escapularios y uno que otro bultito.
En medio de la multitud se veía al santo con una estola en la que colgaban milagros de oro y plata. Un poco más atrás y custodiado por laicos comprometidos era cargada una reliquia en la que se apreciaba un pedazo de hueso de San Judas adornada con flores rojas, color que representa a los mártires.
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