En el Día de los Difuntos, los moradores de la comunidad de Sabanagrande de Los Santos recordaron a María Isabel Rivera, considerada por muchos como una santa.
Según los parroquianos de Sabanagrande, lo curioso de la tumba donde fue enterrada la niña María Isabel como le llaman es que desde 1972, fecha en que murió, en su tumba siempre emana agua, ya sea en verano o en el invierno.
Corina Gutiérrez, quien reside muy cerca al cementerio de la comunidad, expresó que ella en vida logró visitarla y cuenta que la consideraban como una niña porque tenía el cuerpo de una menor de tres años, pero la cabeza era de una persona adulta.
Según la señora Gutiérrez, ella ha escuchado a muchas personas que han dado su testimonio y que sostienen que han sido curados por el agua que emana de la tumba, incluso sostienen que ha hecho milagros.
Para los moradores, es sumamente curiosa esta agua, porque no tiene larvas de mosquitos, ni de sapos, y siempre se encuentra bastante limpia.
La niña María Isabel era oriunda de Los Agallos, de Sabanagrande Abajo, y murió un 15 de enero de 1972 a la edad de 45 años; tenía el cabello más largo que su cuerpo, no hablaba y sólo tomaba leche.
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