Dicen las malas lenguas, en España, que Miguel Bosé pasó tremenda pena.
Se rumora que el español, quien nació en Panamá décadas pasadas, se encontraba muy complacido viendo un concierto de Javier Álvarez en Madrid, al punto que para estar mejor se tomaba uno que otro vaso con whisky. Canción tras canción se tomaba su traguito, hasta que escuchó el tema "El novio de la muerte", se paró de su puesto y... ¡zas!... se lanzó al escenario sin que nadie lo invitara. Todos se sorprendieron porque, además de tener libras de más, estaba pasado de tragos. Ni se sabía la letra ni conseguía vocalizar, es más, intentaba balbucear como podía parte de la canción que decía: "Nadie en el Tercio sabía…", y no pudo. Se dice que Javier Álvarez no sabía ni qué hacer, pero al final, acompañado de un técnico de sonido, lo sacó del escenario con la mayor educación, intentando que aquello no pareciera una expulsión. ¡Qué penón!
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