Aunque pensó montar un negocio propio, el poco dinero que tenía no le alcanzaba para el alquiler de un establecimiento. Entre las ideas que tuvo, pensó en una carretilla de venta de frutas. Al principio trabajaba con una alquilada, pero poco a poco el negocio comenzó a generar buenas ganancias por lo que logró reunir el dinero para comprar material para hacerse una. Ahora se puede ver a Luis atendiendo a diario su gran carreta de madera repleta de frutas y legumbres frescas, a un costado del Parque de Santa Ana.

"Me liquidaron y no podía trabajar por la edad, querían gente joven. Pensaba poner un negocio, pero necesitaba más capital, aquí con unos cien dolitas uno compra, vende y vuelve a comprar". Luis, con su esfuerzo ha logrado criar y educar a sus cinco hijos.

Para él, la fe es importante, pero considera que las acciones de cada uno son la clave del éxito.

"Hay un dicho que dice a Dios rogando y con el mazo dando, hay que rogarle a Dios, pero también hay que trabajar para echar para adelante", concluyó.

PERSEVERANTE
Por su edad no lo querían contratar, pero con poco dinero logró poner un puesto de venta de verduras.