Sufre por sus hijos. No hay ser más abnegado sobre la tierra que una madre, quien hace todo lo que esté a su alcance por cuidar a un hijo cuando sufre de alguna enfermedad.
Un claro ejemplo de esta lealtad y amor es el que por años Angelina Viviés le ha dado a sus hijos Mikel, de 32 años, y Radames, de 33, quienes sufren de parálisis cerebral.
Lo más increíble es que, a pesar de ser muy pobre, nunca ha dejado de luchar por ganarse el sustento diario para mantener a sus dos hijos enfermos.
Al llegar a la humilde residencia de Angelina, ubicada en el sector 4D en Samaria, no habían comido nada, porque no tenían dinero para comprar comida.
Y es que la situación económica de Angelina es tan crítica, que sólo comen una vez al día y en algunas ocasiones se han acostado con el estómago vacío.
En un "spring" (resorte), acuñado con unos bloques y un sillón viejo, que tiene por colchón una fría y dura puerta, es donde todas las noches duermen Radames y Mikel.
La única ayuda que tiene esta humilde mujer es la de su hijo Julio Sánchez, quien tiene un modesto puesto de buhonería en el puente rojo de Samaria.
En medio de su pobreza, esta noble mujer vive el día a día, sabiendo que su lucha es muy dura, porque no cuenta con la ayuda de su esposo, quien la abandonó hace años.
ENFERMA
Para rematar, a Angelina se le hinchan mucho los pies, lo que le hace más difícil cuidar a sus dos hijos.
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