La pobreza que los invade les impide celebrar las fiestas patrias con tambores, liras y clarines, como suele hacerse todos los años en la capital y algunos lugares del interior del país.
No obstante, su fervor patriótico lo mantienen innato, a pesar de estar marginados.
Los pobladores de la Comarca Madugandí, en la comunidad de Bayano, Chepo, hicieron algo inédito en sus festejos patrios.
Competencias de cayucos entre hombres, mujeres y niños fueron la atracción en el pueblo indígena el pasado 4 de noviembre.
En cada piragüa iban tres personas, el primero y el último remaban, mientras que el del medio sacaba agua con una vasija.
Las mujeres y niños fueron los que mostraron mayor destreza, llevándose los aplausos de sus coterráneos, que los animaban a la orilla del río en el punto de llegada.
Lo mejor era al llegar a una curva: la piragüa se iba de un lado, y el que no tuviese la destreza necesaria podía voltearse. Aunque esto no sucedió con ninguno, se pudo observar que la competencia fue reñida en las tres categorías. También los niños compitieron en sacos y caminando con una cuchara y un limón en la boca.
Al final, los mejores no fueron premiados, por razones obvias, pero ganaron en diversión y alegría, cosa que no suele suceder todos los días.
|