Todo sucedió en segundos cerca de su casa, ubicada en el sector 8 de Gonzalillo. Caía un aguacero cuando el jovencito de 14 años, de nombre Damid Ortiz, se escabulló de su residencia y se fue a jugar bajo la lluvia.

"Yo lo vi bajar, se entretuvo con unos perros, me saludó, pero luego lo perdí de vista", narró uno de los vecinos, que asegura que al rato sólo escuchó los gritos de lamento.

La desesperación se apoderó de las personas que no sabían qué hacer. Unas tablas sirvieron para tratar de ayudarlo, porque no lo podían agarrar para que la corriente no les pasara, pero ya era tarde.

FUE UNA TRAVESURA
Las lágrimas de la señora Mavira Bethancourt, madre del tercero de sus cuatro hijos, se mezclaban con la lluvia, ella repetía una y otra vez que él se le escapó de la casa. "Se me escapó, si me hubiera ido detrás de él eso no hubiera pasado", lamentó.

En el lugar también estaban los hermanos de Damid, quienes lloraban desconsolados por lo ocurrido, allí llegaban vecinos, familiares y conocidos que se unían al dolor de la familia.

"Cuando llegué estaba calientito, lentamente se fue enfriando", afirmó otra residente, quien explicó que a pesar de que el jovencito tenía 14 años estaba en sexto grado, porque "era especial".

A él le gustaba la electricidad y siempre se le veía tratando de reparar los radios y otras cosas, quizás el hecho de que el poste de luz no alumbraba fue lo que le llevó a tomar un bambú y tocar el tendido eléctrico. Lastimosamente, como estaba sin zapatos y llovía, la descarga fue fulminante. Además uno de los cables tocó tierra.

"Yo le pedía a Dios que me lo cuidara porque él era travieso, pero Dios me falló", expresó entre llantos el señor Pablo cuando llegó personal de la Fiscalía para realizar el levantamiento del cadáver, que fue acostado sobre una lámina de cartón y cubierto con una sábana.

TRAGEDIA
Lo que más le gustaba a Damid lo llevó a la muerte, él se electrocutó cuando tocó unos cables del tendido eléctrico.