Va el cuento. Amigos, mientras entrevistábamos a un par de actores de la telenovela Madre Luna, en el mismo lugar se encontraba esta chica algo agraciada, pero no tan hermosísima como otras actrices. Hay que aceptar que no pasa inadvertida, en este caso por su fama.

Bueno, la actriz de Pasión de Gavilanes la estaban maquillando y peinando, pero eso no llamaba la atención, sino sus exigencias. Las operadoras de bellezas le ponían polvo aquí, polvo allá, sombra aquí y allá, y ella decía no, así no. Tanto era la molestia, que cansaba, que me dio tanta pena por las estilistas que no sé como aguantan eso.

¡Ah! pero después de tanto y luego de que la misma Dana agarrara sombra y se retocara los ojos, una de las que la arreglaba se fue como alma que lleva el diablo. Ni me atreví a acercármeles.

Luego de un rato, apareció Dana y cuando vio a Michael Brown (Madre Luna), se le fue toda la amargura, quedó contentita, hasta nos posó para unas fotos, luego de que pasó como un huracán. Eso sí, sin entrevistas. ¡Cosas de artistas!