Y aunque posee una vieja silla de ruedas para trasladarse, no la puede usar, pues no tiene mucho espacio. Es por eso, que solo le queda contemplar las ramas de un árbol que se ven por la ventana de donde cuelga una cruz del Domingo de Ramos y una oración plasmada en un cartoncillo manchado por el moho.

Lo más crítico para María es salir de su casa, pues no hay aceras.

Además, sus hermanos que viven en Colón no la visitan. Hace poco la junta comunal del área le entregó los materiales para construir la vereda, pero después de cuatro semanas se los quitaron. Eso causó mucha molestia entre los residentes del área.

Por su lado, el concejal Daniel Moreno, dijo que le fueron retirados los materiales, pues el Ministerio de Obras Públicas y Contraloría General mantienen un control estricto sobre esas inversiones y aunque se le asignó esos materiales en una solicitud extraordinaria, no fueron aprovechados.

Luego de esta entrevista anunció que la próxima semana sus cuadrillas de trabajo llevará otra vez los materiales, para hacer la acera solicitada.

UNIDAD
Su esposo Máximo Martínez es guardia de seguridad y es un atleta activo en Corredores del Istmo.