Las famosas una vez que saltan a la fama, se ponen más exigentes y hasta ridículas y logran caerle mal a todo el mundo.
Como la Paulina Rubio, quien pidió para su concierto el 16 de diciembre en Perú, un sinnúmero de cosas.
La mexicana solicitó que el escenario y su camerino sean pintados de negro con un espejo de cuerpo entero, una lámpara pequeña, un moderno sofá y un baño privado, bebidas energéticas, gaseosas de distintas marcas, agua Evian y un surtido de infusiones, un frasco de miel de abeja, hielo, toallas, flores blancas y mucho incienso, así como una botella de vodka.
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