Según cuenta esta dedicada mini empresaria, sus primeros intentos los hizo en un cubículo pequeño que logró en el Mercado de Buhonería y Artesanías, que inicialmente era una tiendita de alimentos secos.

Luego intentó establecer un negocio de venta de ropa usada, que después de una ampliación se convirtió en una fonda. La gran responsabilidad que conlleva un negocio de comida, y la necesidad de mano de obra extra, preocupaban a Felicidad, quien se fijó como meta cambiar de negocio cuando su hijo menor saliera de secundaria. Mientras, aprovechaba la experiencia de otros compañeros que se dedicaban a la venta de artesanías, y aprendía de ellos.

Finalmente, llegó el esperado día de graduación de su pequeño retoño. Con temor, pensó si debía o no cambiar el negocio; sin embargo, lo hizo.

Inicialmente, vendía artesanías y "souvenirs" alusivos a la patria; luego se dedicó a fabricar ella misma montunos, tembleques y otro tipo de artículos cosidos que vende con mucho éxito. Sus trabajos en madera también son muy gustados entre los turistas, que muchas veces se confunden con su amable "welcome to Panama", y tratan de entablar conversación con ella en inglés. Aunque no conoce el idioma, inmediatamente busca una hoja y una pluma para poder explicarles con dibujos algunas cosas, e incluso, para anotarles las ofertas que con mucho gusto hace a sus clientes.

Aunque no ha sido fácil lograrlo, Felicidad asegura que todo es cuestión de voluntad y creatividad.

FAVORITOS
Sus tembleques y montunos son muy gustados entre los turistas, que visitan el Mercado de Artesanías.