Alegría, optimismo y mucho entusiasmo era lo que irradiaban las lindas caritas de los infantes, quienes no paraban de reír, gritar y aplaudir a los populares reyes, que fueron escogidos de forma fortuita, como muestra de cariño y agradecimiento a sus innumerables esfuerzos por salir adelante y mostrar notables mejoras. Una que otra lágrima se asomaba en las caras de las orgullosas madres, quienes cargaban a los reyes, que en medio de su discapacidad, se mostraban contentos y hasta una tímida sonrisa de vez en cuando esbozaban.

Las fuertes terapias y el cotidiano estrés del intenso trabajo físico, se echó al olvido por este día, en que además de agradecer a Dios en una hermosa invocación religiosa por la notoria salud de los angelitos, se aplaudió la constancia de los docentes y padres de familia, que son los guías de los niños.

ENCANTADOS
Se mostraban los padres de familia que aseguran que estas actividades ayudan mucho a sus hijos.