Melitón vive en la barriada Altos de Las Colinas, en Santiago, en condiciones infrahumanas y como si fuese poco, su hijo es el único sostén de la familia y se gana la vida realizando trabajos de limpieza de jardines, pero eventuales.

Narró que la enfermedad se apoderó de su cuerpo, luego de que todos los días y durante largos años, al regresar de sus trabajos en el campo tenía que cruzar ríos y quebradas, adquiriendo, según él, un espasmo que ahora no le permite moverse.

Aseguró que poco a poco sus articulaciones se quedaron inmóviles y acudió hasta donde pudo a los médicos y botánicos; sin embargo, ha sido imposible curarse.

Su casa es de zinc viejo, que algunas personas le han regalado, no tiene luz eléctrica, ni agua potable y duerme en un colchón que está en malas condiciones.

La alimentación de su familia es poca, ya que muchas veces su hijo no consigue trabajo para comprar comida.

Triste por la enfermedad de Melitón, su esposa Alicia Villarreal afirmó que está llena de angustia al ver que él permanece en cama sin poder trabajar . Señaló que su casa se llena de agua y lodo cada vez que llueve y no pueden mover a su esposo, que algunas veces desea estar en una silla de ruedas vieja, que un amigo le obsequió.

Melitón sueña con un colchón, alimentos, medicina, atención de especialistas y una casita para poder vivir.