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Barcelona | EFE |
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El Barcelona, que defiende el título conquistado la pasada temporada en París, se encuentra contra las cuerdas a las primeras de cambio en Europa, y necesita sacar lo mejor de sí mismo para derrotar al Werder Bremen y seguir adelante, en un partido que a los azulgranas no les vale el término medio. Sabe el equipo de Frank Rijkaard, lo mucho que se juega. De dominador en Europa y en la liga, a jugárselo todo en noventa minutos, una ruleta rusa donde la única ventaja para los azulgranas es que lo jugarán como local en el Camp Nou, con el apoyo de sus seguidores, porque el empate le da el pase a los alemanes. La inconsistencia mostrada por el Barcelona en esta primera fase, le ha conducido a esta situación. Sumó un punto en dos partidos ante el Chelsea, y para los de Rijkaard, fue el tanto del empate logrado por Didier Drogba en el Camp Nou en tiempo de descuento. Igual de trascendente fue, por contra, el tanto que Leo Messi anotó en el Weserstadion de Bremen en el minuto 89, para equilibrar un partido en el que el Werder se había adelantado. El Barcelona se juega el prestigio y dinero.
CARTA BRAVA
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