Para muchos (creo que para todos) este es el mejor mes del año y ¿por qué? Por la Navidad. Pero muchas veces nos dejamos llevar por los baratillos, las ofertas de almacén, los descuentos, y sumado a que recibimos bonos, Décimo y hasta aumento... nos volvemos locos.
Pero hagámosnos una pregunta... ¿en verdad sabemos cuál es la esencia de la Navidad? No es un baratillo ni una oferta, sino ese mes en el que regalamos sin recibir a cambio, en el que perdonamos y no saben lo bien que se siente. Acerquémosnos a esas personas, familiares, amigos y compañeros de trabajo con los que nos peleamos durante el año y démosles un abrazo. El terminar el año sin rencores es mucho mejor y más valioso que un baratillo.
Es fácil, sólo hagan algo bueno por esa persona y ella sabrá lo que sucede.
Son esas palabras sencillas, tan sencillas cosas, pero que brindan tranquilidad al alma. Un simple te amo, perdón, te quiero o lo siento... son términos que llenan y satisfacen a cualquier persona. Y nos hacen grandes, nos hacen buenos hombres y mujeres, y siendo así le hacemos un bien a la sociedad, nos hace más tolerantes a las adversidades.
No pensemos en el orgullo, este no nos lleva a nada y simplemente nos trae más tristezas, nos engaña y hace sufrir, así que acérquense a esa persona que queremos y de la que por algún motivo nos alejamos, créanme que se sentirán mejor.
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