Las estadísticas de tránsito son más que elocuentes. Está demostrado que los panameños no aprecian la vida, ni la propia y mucho menos la ajena. Se impone una reforma que endurezca las penas a quienes atenten así contra la integridad de los demás, porque parece ser la única manera de hacer entender a los inescrupulosos: a palos.
EL TRANSITO Y LOS BUSEROS
¿Cuándo la Autoridad de Tránsito se pondrá seria? En todos estos años, no ha sido posible que los Directores se pongan los pantalones contra los conductores de los "diablos rojos". Todo lo contrario, parecen ser aliados y les permiten convertir las calles de la ciudad en virtuales campos de batallas, donde ellos son los que mandan.
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