Mucho es lo que se ha insinuado sobre la no publicación de mis tres últimas columnas. Por el respeto que me merece mi audiencia y muy en especial los lectores de este diario, paso a explicarles lo que pasó. Volver a publicar mis opiniones sin explicarles a ustedes mi ausencia sería no solo una falta de respeto, sino una burla a una audiencia que semana a semana me ha seguido. En esto coincide la dirección de Día a Día.
La semana pasada escribí una crítica muy dura sobre lo que yo considero un hecho realmente grave, asqueroso y que merecía no solo una columna, sino una discusión completa por parte de las escuelas de periodismo, organizaciones periodísticas y hasta de la audiencia que es, al final de cuentas, a quien nos debemos como medio de comunicación.
El hecho. Hace una semana el 'staff' de Noticias Telemetro, en una búsqueda absurda del ratings a costa de lo que sea, publicó una nota de Brasil como si fuera panameña. En la misma dos jóvenes eran captados dormidos y desnudos en un auto después de sostener, supuestamente, relaciones sexuales. La nota, que circula en la Web y que además es claramente identificada como un hecho y publicación brasileña, este noticiario la publicó como nuestra y, lo más grave, editó las fotos eliminándole todo lo que indicaba que no era un hecho que se haya dado en Panamá, mintiéndole a su audiencia al no decirles que era un hecho de Brasil. Sí, lea bien, son fotos de otro país que nos querían meter como golazo de esquina en pleno 'Maracaná'. Esto además de ser un hecho antiético, a todas luces es una vergüenza periodística y un atentando contra lo más valioso que tiene un equipo de noticias: su credibilidad.
Yo escribí mi columna, la envié y me desconecté de ello como hago cada vez que la envío. La dirección de este periódico, que en ese entonces desconocía qué pasaba, porque tengo que reconocer que jamás me han ni sugerido ni preguntado de qué tema voy a escribir, decidió, al no localizarme, la no publicación porque la información que ellos manejaban era que la misma había sido publicada en "C4" y mi columna literalmente despellejaba era a los responsables de Noticias de Canal 13. En Día a Día prefirieron no publicarla a que yo saliera con información errada y que mis detractores de oficio encontraran una fisura por donde darme palo y que yo perdiera. Al no ver mi columna publicada y no saber lo que pasaba, decidí no publicar más hasta investigar todo lo referente a este tema junto al equipo de Día a Día y no meter literalmente la pata. Eso es lo que pasó. Ni más ni menos.
Ahora, volviendo al tema realmente importante, ya sea en C4 o en Telemetro Reporta, los responsables de estos espacios parecen no tener la más mínima noción de lo que es credibilidad, noticias y respeto. De lo importante que es la verdad en un equipo noticioso que, se "supone", vende credibilidad y que se autopromociona como un equipo en el que se puede confiar. La realidad es que, por lo menos para mí, perdieron todo. Mentir en noticias y arriesgar su credibilidad -que es la columna vertebral de todo medio- es lo mismo que si un doctor le dice a un enfermo terminal "estás muy bien, ándate a bailar que estás curado". Es jugar con la salud mental y con el cariño de una audiencia. ¿Usted comprende lo grave de esto? ¿Comprende que hemos llegado al punto que los actuales responsables de un noticiario que tiene más de 25 años al aire, ganador de premios, con una imagen visual impecable y con gente que tiene años y trayectoria dando la cara por él nos mientan por ratings? Ya debieron haber volado cabezas, es lo mínimo que debe pasar para recuperar algo de su tan atropellada credibilidad. Al desnudo quedaron ellos; no los jóvenes del coche. ¡Qué vergüenza!
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