A las 11: 00 a.m., agarramos nuestras herramientas para encontrar información acerca de Brad Pitt y Angelina Jolie, y nos fuimos directo a las Esclusas de Miraflores. Cuando llegamos, todo estaba tranquilo y los seguridad estaban esperando la llegada de los Pitt. Una fuente me sopló que ellos estaban en el Casco Antiguo, así que dejé a Carlos (el fotógrafo) en el Canal y me fui con el "chofo" (chofer-fotógrafo). Al llegar a San Felipe, empezamos la búsqueda de la pareja y... ¡qué va!... no la captábamos por ningún lado. Subimos, bajamos, saltamos, hablamos y... ¡nada!

TENIAMOS OTRO AS
De repente, recibí una llamada y me informaron que ya ellos habían estado ahí. ¡Chuzo, llegué tarde! Pero qué importa, pensé. Aún tenía mi segunda carta en mesa, Carlos, el fotógrafo, que se quedó en el Canal. ¡Yes! ¡Ring, ring, ring! Sonó mi celular, y era Carlos contándome que los Pitt habían llegado a las esclusas en un Porshe Cayenne blanco. ¡Wuee... respondí! Pero no entraron, Brad bajó tres segunditos y subió de una vez. ¡Ahhh..! Apenitas vieron a los fotógrafos ahí, se subieron al carro y patitas pa’ qué te tengo, me dijo. ¡Áyala! Cuando vi la foto, me di cuenta de que era la misma ropa que usaron cuando fueron al Museo de la Biodiversidad antes de ayer. ¿No sudaron? ¡Ay, qué feo! ¡Señoras y señores fans, no se desilusionen! Un pantalón negro sin color y un suéter gris tenía Brad, y "Angie" la misma camisita blanca.

SEGUIA LA BUSQUEDA
¡Ufff! Luego me contaron que la pareja iba a comer junto a don Raúl Arias De Para, quien ha sido su anfitrión todos estos días, ya que se estaban muriendo de hambre. Recuerden que ahí hay un restaurante, pero tampoco conseguimos nada.

Hoy se van de Panamá, porque tienen a sus hijos Maddox, Shiloh y Zahara, solitos con una nana allá. ¡Ah! Eso de que estaban en El Valle de Antón es falso, porque nuestra corresponsal Elena Valdez estuvo toda la mañana allá, y dijo que nada de nada.

Bueno, cerramos este año de bochin muy bien y esperamos que el otro vengan más artistas, para seguirlos y traerles las cocoítas. ¡Cambio y fuera, chao, chao!