Tan jóvenes para sufrir. Josenid Pino, de 14 años y Katrina Pino, de 12, son dos de las hijas de los esposos Crescencio y Braulia de Pino, quienes fallecieron ahogados en una embarcación que naufragó el 30 de diciembre en el río Bayano.
Ayer, al llegar a la Parroquia San Cristóbal, en Chepo, las adolescentes estaban desmoronadas de dolor, pues aquellos seres que les dieron la vida partían hacia el Señor, dejándolas solas.
Con el repicar de las campanas, al mediodía llegaron los féretros de Crescencio, Braulia, Keysi, Luis Antonio y Abdiel a la iglesia, ya los familiares sabían que aquellos cinco cuerpos no los volverían a ver más en la tierra, por lo que los llantos de desesperación se apoderaron de la parroquia.
José Vargas, familiar de las víctimas, manifestó que solicita a las autoridades del Gobierno que ayuden a las dos criaturas con becas para que ellas puedan seguir estudiando, pues una va para cuarto año y la otra para primer año, y así no quedarán tan desamparadas.
"Ellos vivían en una casa muy humilde y sería bueno si también las ayudan, pues perdieron a sus dos progenitores".
Los familiares aceptaron que Dios sabe por qué hace las cosas y agradecieron a todas aquellas personas que por tres días participaron en la búsqueda de los cinco cadáveres en el río Bayano.
Terminada la ceremonia, las personas, en medio de llantos y sufrimiento, fueron en una romería hacia el cementerio de Chepo a despedir a sus seres queridos.
CRUELES
La familia afirmó que ni por cortesía, los dueños de la empresa se acercaron a ofrecer las condolencias.
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