Lo lloraron a mares. Una multitud aguardaba desde la madrugada de ayer, martes, bajo el sol abrazador del verano para darle el último adiós al cantante Sandro, cuyos restos son velados en el Congreso de la Nación de Argentina.
Con banderas y fotografías del ídolo, rosas rojas y una profunda pena, los admiradores hacían una fila de tres cuadras en los alrededores del Palacio Legislativo, donde después del mediodía comenzó el velatorio en el llamado "Salón de los Pasos Perdidos", el mismo lugar donde en octubre la cultura argentina despidió a otra de sus mayores exponentes, la folclorista Mercedes Sosa.
En tanto, numerosas seguidoras de Sandro, a las que él llamaba cariñosamente sus "nenas", dejaban cartas, velas encendidas y flores en la casa del artista en la localidad de Banfield, al sur de Buenos Aires.
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