Un sueño mágico y poderoso. Ese que hace que las retinas se inunden de emoción y que el más fuerte de los corazones se parta en dos.
Un anhelo lleno de esperanza y fe, que nos lleva a hacer un alto en nuestras vidas para pedirle a Dios por los que nada tienen.
Así es el sueño de Ezequiel Quiroz Tucama, un niño de nueve años de edad que sólo piensa en sacar a su madre de la pobreza y regalarle una nueva casa con el poder de sus pequeños puños.
El Gimnasio Pedro "El Rockero" Alcázar fue el escenario de esta historia de amor.
Allí estaba Ezequiel con el hambre de esperanza dibujada en sus ojos. El sudor corría por su frente. El aire se rompía con la velocidad de sus puños. Acababa de dar cinco vueltas al gimnasio y no lucía cansado.
El sofocante calor hacía que Ezequiel aumentara la velocidad de sus puños. Sus movimientos de piernas eran veloces.
De repente, la felicidad se dibujó en su rostro al enterarse que sería entrevistado por DIAaDIA.
Pero la entrevista tenía que esperar, porque el que todos apodaban "El Halcón" no podía detener sus entrenamientos hasta que se cumpliera el tiempo que llevaba su entrenador, Franklin Bedoya.
"Ya estoy listo para hablar. Te aseguro que lo haré como un campeón, porque algún día lo seré", dijo con tono alegre el pequeño con corazón de guerrero.
A los segundos, Ezequiel no vaciló para hablar sobre el sueño de su vida.
"Seré un gran campeón mundial, porque quiero sacar a mi madre de la pobreza. Nosotros vivimos en la barraca de Patio Rochet, donde hay mucha violencia y el agua está sucia", explicó el pequeño, mientras enseñaba una de sus piernas, que presentaba algunas pequeñas ronchas producto de las aguas contaminadas.
"Debutaré en el boxeo cuando cumpla 12 años. Todavía tengo que esperar, pero seguiré entrenando todos los días, porque quiero una nueva casa para mi mamá", comentó.
MOMENTO MAGICO
Dos pequeños guantes de juguete salieron en escena, antes que Ezequiel confesara lo bien que le fue en la escuela.
"Fui un buen estudiante el año pasado. Pasé para tercer grado. Sé que también tengo que estudiar, para convertirme en un profesional", acotó.
Mientras volvía a demostrar la rapidez de sus puños, Ezequiel reveló el nombre de su ídolo.
"Algún día seré como Anselmo 'Chemito' Moreno. Ese es mi ídolo", precisó.
Al instante, un momento mágico apareció en escena. Era la fotografía con su ídolo: el popular "Chemito".
"Algún día seré como tú, 'Chemito'. Seré un gran campeón mundial", dijo Ezequiel, mientras sus ojos se llenaban de felicidad.
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