Torrijos determinó que el sistema impositivo panameño es injusto, ya que los asalariados son los que más pagan, por lo que este sistema debe revertirse.

Consideró que es inconcebible que se grave a los pobres, extendiendo el alcance del ITBMS al expendio de comida a los restaurantes, razón por la cual, de darse los cambios, se eliminaría el pago de este impuesto.

El mandatario destacó que los que ganen menos de ochocientos balboas no deberán preocuparse, ya que seguirán sin pagar el Impuesto Sobre la Renta.

Aseguró que esta reforma incluye a los funcionarios públicos.

Adelantó que en los gastos de representación se pagarán impuestos y se les descontará la cuota de la Caja de Seguro Social.

El jefe del Ejecutivo puntualizó que la reforma tributaria en sí misma no es un fin, ni es suficiente para reactivar la economía, por lo que concluyó que es apenas un instrumento de política económica y un programa que busca la equidad tributaria.