Todavía hay gente honrada, eso lo comprobó una tía muy querida, quien hace semanas salió a cobrar el dinero de su jubilación, pero cuando estaba en el supermercado perdió su cartera.
Muy devota del Cristo de Esquipulas de Antón, quien de paso el 15 de este mes está de patronales, se fue a la iglesia y le pidió al santo que la apoyara para encontrar, por lo menos sus documentos.
Ella se fue a casa, pero tal fue su sorpresa cuando no habían pasado muchos días y una joven junto a un niño llegaron hasta Buen Retiro de Antón preguntándole si era la señora "fulana de tal".
Nerviosa, la joven le dijo que ella tenía su cartera y que no se preocupara porque los 70 dólares ella no los había tomado. Asombrada y contenta por la noticia, la tía hizo pasar a la joven madre, quien ya más tranquila le explicó que el día del incidente ella estaba junto a su niño en el supermercado y el pequeñín encontró la cartera entre las papas. En su inocencia, él echó la cartera al bolso de su mamá, quien lo encontró al llegar a su casa.
Por casualidad de la vida, la mamá de la joven dijo reconocer a mi tía, de la iglesia, por lo que le preguntaron a otra señora dónde vivía y el resto es historia.
Desde ese día, mi tía y la joven han enlazado una bonita amistad que comenzó con un verdadero acto de honestidad.
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