Ya le tienen la medida. El Barcelona cayó derrotado en el derbi catalán 3-1, correspondiente a la decimoctava jornada de la Liga de fútbol de España, frente a un Espanyol mucho más enchufado y agresivo, que supo ahogar el juego azulgrana y aprovechar las carencias defensivas del conjunto de Frank Rijkaard.
En un despliegue físico de enormes dimensiones, el equipo blanquiazul supo desactivar los recursos del Barcelona para derrotar a su eterno rival cinco años después de su última victoria, gracias a los goles de Luis García, Tamudo y Rufete, que desnudaron a un Barcelona demasiado apático, falto de gol y de sus jugadores más desequilibrantes.
Sin tregua, ambos equipos se entregaron a un partido abierto y muy vivo, vistoso para la grada, que ofreció las primeras ocasiones desde el arranque, como el disparo de Rufete a los cinco minutos o el brillante pase picado de Ronaldinho desaprovechado por Gudjohnsen.
Agarrado a la inspiración de Ronaldinho, el Barcelona se encomendó al brasileño, en su regreso a un partido oficial 23 días después de su última aparición. Pero el 10 estuvo efervescente y se fue apagando con el paso de los minutos.
APROVECHARON
El Espanyol supo jugar sus armas con acierto, apretó los dientes, se resguardó bien y lanzó ataques muy directos.
|