Con una emotiva misa típica, familiares y amigos recordaron a los 12 chorreranos, entre ellos Carlos Felipe Isaacs y Lucía Ureña, mejor conocidos como Ñato Califa y Chía que murieron hace un año camino a El Cacao, en Capira, tratando de llevar su música a los lugares más recónditos de la geografía nacional.
La misa típica contó con la presencia de folcloristas chorreranos, como Yasmín Muñoz, cuyas adaptaciones fueron del agrado de todos los presentes, sobre todo de parte de familiares, que lloraban emocionados al escuchar la misa con sabor a cumbia.
La romería que se llevó a cabo tanto en el Cementerio Municipal como en el Cementerio Los Guayacanes, encabezada por familiares de los deudos, seguidos de un carro que no dejó de sonar cumbia en todo el camino. A diferencia del día del funeral de los 12 difuntos, esta vez los políticos, que en aquel entonces se peleaban los féretros, no estuvieron presentes.
Uno de los momentos más dramáticos de la romería, fue cuando la también cantalante, Ana Ureña, interpretó una canción a capela en honor a su hermana Chía, que hizo llorar a muchos presentes.
A la salida de la tumba, donde se encuentran los restos mortales de Ñato Califa y su hijo Carlos Aníbal Isaac Tejada, bajo un candente sol, se hizo sentir un leve roció que duró apenas unos segundos, como diciendo: "gracias por venir".
Posteriormente, se procedió a la inauguración del "Primer Festival Nacional de la Cumbia", en los predios del Parque Libertador, cuyo corte de cinta estuvo a cargo del abanderado, Tomás Velásquez. ¡Enhorabuena!
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