Según contó Martín Mc. Kay, propietario del bus, el vehículo tenía problemas con los frenos, por lo que el conductor y el mecánico lo llevaban a reparar, pero éste último no hizo caso al llamado de que bajara la velocidad y golpeó a un bus de la ruta de Gonzalillo, para luego quedar dentro de la parada.

Máximo Menchaca, conductor del otro "diablo rojo", dijo que gracias a Dios el bus lo golpeó, porque eso dio oportunidad a las personas que estaban en la parada para huir. El conductor y el mecánico se dieron a la fuga y dejaron al dueño solo.