Si me dice que no le ha pasado que se ha levantado de dormir y no puede girar la cabeza hacia un lado, es mentira. Casi todas las personas, alguna vez en su vida han sufrido de tortícolis, que no es más que la presencia de dolor al movimiento del cuello, acompañada de incapacidad para girar o mover la cabeza.
Pero es bueno que sepa, la tortícolis no sólo le puede dar por dormir mal, también puede ocurrir sin que se conozca la causa. La tortícolis puede ser de origen genético (hereditaria) o puede ser adquirida secundaria a daños del sistema nervioso o los músculos, y puede desarrollarse en la niñez o en la vida adulta. Aunque las causas más frecuentes de la tortícolis son:
Movimientos bruscos del cuello. Lesión traumática (latigazo). Dormir en una posición incómoda. Infección bacteriana o vírica.
Todas estas variaciones provocan una irritación de los nervios cervicales, que da como resultado un espasmo en los músculos del cuello, en otras palabras, tortícolis.
¿Y cómo saber si tiene tortícolis? Puede presentar síntomas como:
Dolor de los músculos del cuello, del hombro o de la espalda. Imposibilidad de girar la cabeza, por lo general, se mantiene torcida hacia un lado. Contractura de los músculos del cuello. Posición extraña del mentón.
La tortícolis también tiene tratamiento, claro que éste va a depender del motivo que la provoque; pero, por lo general, puede:
Usar un collarín cervical, puede ayudar a descansar los músculos del cuello. Aplicar calor local. Someterse a masajes en forma de fisioterapia. Ingerir medicamentos relajantes musculares, en ocasiones, puede ayudar.
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