Dos niños de origen chino demandaron ayer al Gobierno japonés por los efectos secundarios que padecen tras intoxicarse con armas químicas abandonadas por las tropas niponas en China al final de la II Guerra Mundial. Según Sei Sato, el abogado nipón de los demandantes, éstos exigen una indemnización de 600.000 dólares por pérdidas de visión, irritación cutánea y problemas respiratorios, entre otros.