Felicidad empañada. En medio de la alegría de haber dado a luz a su sexta hija, Aysa Guardia sólo siente nostalgia y desesperación porque no sabe cuál será su futuro ni el de sus hijos.
La suave piel de la bebé sería la ropa que utilizaría para estar en el hospital, porque Aysa no tenía ni para comprarle una camisita para cuando su hija llegara al mundo. Fue gracias a otra madre que estaba en el mismo nosocomio, quien compartió con Aysa la ropa de su bebé y así la pequeña "Alma" (como cree que le pondrá), pudo ser vestida.
Pero más que triste por no tener la ropa de su hija, Aysa no sabe en dónde dormirá porque para acabar de rematar en su casa ubicada en Boyala, Arraiján, le robaron todo.
Para su bebé, sólo cuenta con la canastilla que en días pasados le regalaron los funcionarios del Ministerio de Trabajo.
SOBREVIVE
Aysa ha laborado como secretaria, pero nada estable, ella y sus hijos han sobrevivido por una beca.
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