Se defiende. El ex sacristán de la Basílica Menor del distrito de Atalaya, Octavio Navarro, confesó que no fue expulsado de sus funciones en la iglesia, sino que pidió que se le permita renunciar junto a otros tres colaboradores, luego de los actos de enojo de los devotos de Jesús Nazareno, tras el cambio de la imagen original por una réplica.
La salida del ex sacristán, de acuerdo con una fuente que no quiso ser identificada, fue parte de los acuerdos con las autoridades eclesiásticas, luego de los hechos ocurridos en torno a la imagen original del santo.
Octavio no quiso dar declaraciones ni mucho menos que se le tomaran fotografías, sin embargo, dijo de manera clara que sus funciones en la Basílica Menor de Atalaya eran únicamente de sacristán y no de "administrador" de los bienes de la iglesia.
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