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Serena Williams había perdido los primeros cuatro games y experimentaba un dolor intenso, que la hacía quejarse casi en cada raquetazo. Sus disparos carecían de la potencia habitual y sus esperanzas de ganar un séptimo título del Grand Slam parecían desvanecerse.
Serena Williams había perdido los primeros cuatro games y experimentaba un dolor intenso, que la hacía quejarse casi en cada raquetazo. Sus disparos carecían de la potencia habitual y sus esperanzas de ganar un séptimo título del Grand Slam parecían desvanecerse.
Entonces, con un poco de ayuda de su entrenador, comenzó a recuperar su poderío. Poco después, Williams se impuso a su compatriota Lindsay Davenport, 2-6, 6-3 y 6-0, en la final del Abierto Australiano.
Entonces, con un poco de ayuda de su entrenador, comenzó a recuperar su poderío. Poco después, Williams se impuso a su compatriota Lindsay Davenport, 2-6, 6-3 y 6-0, en la final del Abierto Australiano.
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