La bravía llama de una vela, los obligó a empezar de nuevo. A las 3: 30 de la madrugada del miércoles, ardió el cuarto de la familia Sánchez Reyes, que lo perdió todo en el siniestro.
Sebastián Sánchez no sabe lo que pasó, sólo recuerda que acompañó a su esposa Julia al baño, que está fuera del inmueble de cuartos de alquiler, y se enteró por los gritos de una vecina que anunciaba el fuego.
Por fortuna, sus hijos, Matilde, de 9 años; Elena, de 7, estaban donde la abuela. El pequeño Julito, de 4 años, se encontraba con ellos. Ayer, personal de SINAPROC levantó el informe de rigor.
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