Con un "Buenas tardes, señoras y señores, estoy muy contento de estar aquí en Panamá. Espero que vamos a tener buenos momentos...", saludó el pianista francés Richard Clayderman al público que esperaba con ansias al afamado pianista que por tercera vez se presentaba en el país y compartía escenario con el también renombrado Raúl di Blasio, de Argentina, quien dejó claro que además de la pasión por el piano los ata una gran amistad.
Fue una velada de más de tres horas. La única ausente fue la luna. Había gente sentada en las escalinatas y en la hierba del edificio de Administración de la ACP.
A las 8 y 36 minutos aplaudieron pidiendo que iniciara el espectáculo. Minutos después una voz presentó a un Clayderman que de inmediato capturó a la audiencia con la magia de su arte.
Él y el piano eran uno. Sus largos y delgados dedos diríase que acariciaban el teclado del piano. Entonces el público oyó "Flash emoción", "A con amor", "Matrimonio de amor". Prosiguió con "Balada por Adelaida", "Sinfonía del Titanic", "Love Story"... Fueron cerca de 20 temas. La mayoría baladas. Firmó dos autógrafos. El primero, a la abuelita de Chiquilinga.
Por su parte, Raúl Di Blasio dejó claro que por sus venas corre sangre latina. Intercalaba anécdotas entre los temas de autores de la región.
Les ponía su sal y pimienta. Jocoso, como al descuido unas veces y otras con picardía.
El público escuchó y cantó "Esta tarde vi llover", "En un rincón del alma", "No sé tú", "El día que me quieras..."
Casi al finalizar, hizo un espacio al Tenor panameño Ricardo Velásquez, quien también robó aplausos a la concurrencia que escuchaba extasiada este regalo al corazón y al espíritu.
Luego, Di Blasio cerró el concierto, organizado por GaitanBros Productions, a beneficio de Casa Esperanza.
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