Cualquier individuo puede padecer este problema y tener que utilizar este aparato.
Debe usarlo todo niño o adulto que presente alguna de las siguientes condiciones:
Usuarios de audífonos que tienen problemas para discriminar en ambientes ruidosos.
Portadores de hipoacusia o pérdida parcial de la capacidad auditiva.
Personas con disminución auditiva y con necesidades de escucha muy específicas.
Ejemplos: Solo para uso en reuniones o para ver televisión.
Trastornos en el aprendizaje.
Trastornos del lenguaje.
Trastornos en el procesamiento auditivo.
Baja en el rendimiento escolar.
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