Desde siempre ha existido el temor de las mujeres por atenderse con un ginecólogo, durante y después de la menopausia. Por esa razón, se conversó con el Dr. Luis Hernández, Presidente de la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Guatemala, quien asegura que luego de los 45 años, la cantidad de estrógenos se reduce, provocando que el funcionamiento de los órganos pierda eficacia. Debido a esto, es necesario que las mujeres se sometan a una terapia hormonal.
Pero Hernández resalta que de un par de años para acá se ha desatado un mito, y es el que dice que la terapia hormonal puede acrecentar la posibilidad de sufrir cáncer de mama. Según explica el doctor, todo surgió a partir de un estudio que realizó el Instituto Nacional de Salud Pública de los Estados Unidos, el cual pone de manifiesto que la terapia hormonal puede provocar cáncer de mama.
La terapia de reemplazo hormonal (TRH) es utilizada para reemplazar las hormonas naturales en el cuerpo de mujeres que atraviesan la menopausia. Hernández explica que estos estudios no podrían dar otros resultados, pues las mujeres tomadas como muestra están en edades arriba de los 50. Y no es un secreto para nadie que después de los 50 años, ya los órganos no funcionan en un 100%.
"Esta terapia debe ser iniciada a los 45 años, edad más o menos promedio, en la cual los ovarios dejan de producir estrógenos", afirma el ginecólogo. La TRH es necesaria en toda mujer, pero su éxito va a depender de la hormona seleccionada para el tratamiento, ya que debe elegirse la apropiada para cada mujer, pues cada organismo es diferente, explica Hernández.
Actualmente, existen tres estrógenos diferentes que los especialistas utilizan para la TRH:
Estrógenos naturales: Tal como los que producen los ovarios. Estrógenos equino conjugados: Son derivados de yeguas preñadas. Fitoestrógenos: Son derivados de plantas.
Según el Dr. Luis Hernández, los más adecuados son los estrógenos naturales, pues estas hormonas van a ser utilizadas en un ser humano. Además, los órganos del cuerpo se van a ir deteriorando por la falta de esta hormona, por eso la que se utilice debe ser lo más parecida a la que el organismo produce. Hay una en particular que reúne las características necesarias, llamada estradiol. Antes se utilizaban con mayor frecuencia los estrógenos equinos, pero era porque no existían otros. Los fitoestrógenos quizá no le harán un bien, pero tampoco un mal. El problema, indica Hernández, es que como no se está tomando el medicamento apropiado, los órganos no reciben la protección adecuada; por consiguiente, el cuerpo corre peligro. ¡A tomar conciencia!
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