El Real Madrid asestó un golpe a la Liga, aumentando a ocho puntos la distancia con el Barcelona, castigando 7-0 a un Real Valladolid tan valiente como caótico en defensa, ante el que el holandés Arjen Robben comenzó a mostrar su alto costo y Raúl ensalzó su figura de goleador.

No había licencia para fallar. La derrota de Almería bajó a la tierra a un Madrid que aumenta su dosis de sufrimiento ante equipos de perfil bajo. Era el momento de fulminar las sensaciones negativas. Las excusas no servían ante el Real Valladolid. Ni las numerosas bajas de Bernd Schuster valían tras el empate del Barcelona en Sevilla.

Pocas veces un equipo recibió un castigo tan grande después de 45 minutos de buen fútbol. El Valladolid saltó al Bernabéu con un planteamiento digno de un grande, elogiable para el técnico José Luis Mendilibar al que le golpearán críticas por su valentía.

El Real Madrid primero marcó y después despertó. Primero fue Julio Baptista que abrió el marcador al minuto 9, cuando sacó un disparo pegado al palo tras pase de Robben. Después le siguieron Raúl al minuto 31; Robben tras pase en profundidad de Guti, a los 33; Raúl de penal a los 39; Guti a los 44 y 60, y por último Drenthe, a los 80.

COINCIDENCIA
Seis años después del 10 de febrero de 2002, el Madrid repitió un 7-0. Ese día fue mágico para Morientes, con cinco tantos.