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El Asma
La mejor forma de controlar el asma es previniéndola. (Foto: Cortesia)

Dr. Carlos Mena | Creciendo
El asma es un trastorno que afecta a los pulmones y que hace que una persona tenga dificultades para respirar.

Un niño puede tener asma si hace ruidos al respirar como de un silbido (sibilancias), si tose o si tiene dificultad para respirar. Estos sí­ntomas pueden empeorar cuando su nií±o se enferma, si hace ejercicio o si está expuesto a ciertos factores desencadenantes e irritantes. El médico de su nií±o buscará otros motivos para tener estos sí­ntomas antes de diagnosticar asma.

CONTROLAR EL ASMA
La mejor forma de controlar el asma es previniendolo. Aunque los medicamentos pueden desempeí±ar un papel fundamental en la prevención de las crisis, también es muy importante el control ambiental.

He aquí­ algunas de las cosas que puedes hacer para evitar entrar en contacto con los alergenos o irritantes que te provocan las crisis asmáticas:

Mantén tu entorno limpio de alergenos potenciales. Por ejemplo, si una de las cosas que te desencadenan los sí­ntomas es el polvo, retira de las habitaciones que frecuentes las alfombras, moquetas o alfombrillas, donde se pueden cobijar los ácaros del polvo, o bien pásales a menudo la aspiradora. Utilizar fundas a prueba de polvo en las almohadas y colchones también te puede ayudar. Si son los animales domésticos los que te desencadenan los sí­ntomas, no tengas mascotas en casa. Si no puedes vivir sin tu perro o tu gato, no dejes que entre en las habitaciones en las que más estas y báí±alo frecuentemente para librarte de la caspa.

Presta atención a las predicciones meteorológicas y toma precauciones cuando sepas que el tiempo o la contaminación podrí­an afectarte. Tal vez tengas que quedarte en casa o hacer ejercicio sólo en interiores.

No fumes (si eres fumador, déjalo). Fumar siempre es malo para los pulmones, pero es especialmente nocivo para las persona que tienen asma.

Ten cabeza a la hora de hacer ejercicio. El ejercicio fí­sico es una forma de mantener el cuerpo y la mente sanos, de modo que, si sueles tener crisis asmáticas inducidas por el ejercicio, habla con tu médico sobre cómo puedes controlar tus sí­ntomas. Si tienes una crisis durante un partido o un entrenamiento, deja lo que estás haciendo hasta que remita la crisis o hayas tomado un medicamento de alivio rápido. Cuando desparezcan los sí­ntomas, podrás volver a hacer ejercicio.





   
 
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