Todos los tubos están hechos de vidrio libre de plomo, y se usan adhesivos basados en agua en lugar de pegamentos, previniendo así la liberación de sustancias tóxicas. De los plásticos reciclables se aprovechan mejor los materiales y se disminuye la carga en los vertederos.
Además, hay ausencia de mercurio líquido, porque los focos de bajo consumo usan tecnología amalgama, que es una alternativa más segura que el mercurio líquido. Esto previene la emanación de mercurio tóxico durante el proceso de fabricación, e incluso, en caso de que se rompan, no habrá liberación de mercurio en la atmósfera.
No solo esto protege el medioambiente, sino que también nos permite producir focos más compactos con un excelente mantenimiento de la luminosidad.
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