Cada año, su esposo le enviaba rosas, y la nota siempre decía: "Te amo aún más este año, que el año pasado en este día. Mi amor por ti siempre crecerá, con el pasar de los años".

El año que su esposo murió, las rosas también fueron puestas en su puerta. La tarjeta decía: "Quiero decirte que te amo, como todos los años anteriores". Ella sabía que esta era la última vez que aparecerían las rosas. Pensó que su esposo había ordenado las rosas por adelantado mucho antes de este día, porque le gustaba hacer las cosas con anticipación.

Recortó los tallos, y colocó las rosas en una florero especial, luego puso el mismo junto a un retrato de su esposo sonriendo.

Entonces, como el año anterior, a la misma hora, el timbre de la puerta sonó y al abrir encontró las rosas en la puerta. Las recogió, después de mirarlas entró en shock y llamó a la florería. El propietario respondió: "Yo sé que su esposo murió, hace más de un año". "Yo sabía que usted iba a llamar, porque él quería saberlo...

Resulta que las flores que usted recibió hoy, fueron pagadas por adelantado. Usted las recibirá cada año. También debe saber que su esposo escribió una pequeña tarjeta especial. La hizo hace varios años.

Dentro del absoluto silencio que rodeaba al ambiente, buscó leer ávidamente esto que él había escrito... "Hola, mi amor. Sé que ha pasado un año desde que tuve que dejarte... Espero que no haya sido tan duro para ti y puedas superarlo". "Quiero que tú seas feliz aun cuando derrames unas lágrimas. Por eso es que las rosas te serán enviadas por muchos años".